20 diciembre, 2014

La cigüeña y el zorro


El pasado miércoles contamos con la presencia de Natalia, la hermana de Javier, que venía a contarnos, junto a él, la fábula de la cigüeña y el zorro. Fábula de Esopo reescrita por Jean de La Fontaine.
Esta fábula nos cuenta la historia de Iris la cigüeña y Carlos el zorro.Un día, el zorro quiso invitar a la cigüeña a su casa a comer, y ella respondió encantada que sí. Cuando la cigüeña llegó a la casa del zorro la comida estaba preparada, era una rica sopa. 
 -Pasá, pasá - dijo el zorro, y la cigüeña se sentó en una pequeña mesa de madera. El zorro, muy astuto, le quiso hacer una broma a la cigüeña y puso la sopa en un plato ondo, y como la cigüeña tenía un pico largo no pudo comer nada.En cambio, el zorro se tomó toda la sopa de un sorbo. 
- Ahhh, fue una cena fantástica dijo el zorro riéndose. Si, una cena fantástica repitió la cigüeña muerta de hambre. Entonces, a la cigüeña se le ocurrió pagarle al zorro con la misma moneda. 
 Antes de despedirse del zorro, la cigüeña la invitó a comer esta vez en su casa la mañana siguiente. El zorro se puso feliz porque su plan macabro había funcionado y la cigüeña no había comido nada. 
A la mañana siguiente el zorro se dirigió a la casa de la cigüeña. Cuando entró, sintió un riquísimo olor a carne, y se sentó en una mesa bajita de mimbre. El zorro estaba ansioso, no podía esperar pues tenía mucha hambre. 
Pero cuando la cigüeña vino con la carne, no estaba servida en un plato, sino en un vaso de cuello alto en donde el pico de la cigüeña cabía perfectamente, pero el hocico del zorro no. Hasta intentó con la lengua alcanzar un misero pedacito, pero no pudo. 
 - Fantástico almuerzo, ¿cierto zorro? dijo la cigüeña. - Si, delicioso almuerzo, dijo el zorro, y se fue de la casa de la cigüeña muerta de hambre. 

Moraleja:"No hagas a los demás, lo que no te gustarían que te hiciesen a tí"

Os dejo con la narración de Natalia y Javier. 
Cierta vez, una Zorra invitó insistentemente a su amiga Cigüeña, a cenar en su casa mencionándole platillos deliciosos e inolvidables. La Cigüeña, maravillada por tales manjares, acepto. Al día siguiente, fue muy alegre y con mucho apetito. Cuando llegó y se sentó en la mesa, observó que la Zorra, servia una riquísima sopa en un plato muy plano. La Cigüeña muy hambrienta, comenzó a picar y a picar la sopa, pero gracias a su largo pico, no podía comer nada y para colmo, se le escapaba la deliciosa sopa. Por otro lado, la Zorra comió con mucha alegría su sopa, incluso lamió con su hocico el plato hasta dejarlo muy limpio. La Cigüeña indignada por tal desconsideración, dijo estar llena, y se marcho. Pasado los días, la Cigüeña invitó a cenar a la Zorra, ella muy gustosa acepto. Al llegar a la casa de la Cigüeña, la Zorra ansiosa por comer esperaba, hasta que de pronto, la Cigüeña trajo la exquisita comida dentro de un largo y alto jarro de cristal, de panza ancha y boca estrecha. La Zorra confundida, intento de muchas maneras meter su hocico y lengua a la boca del jarro, pero no llegaba a la comida. Sus ganas de comer se hacían aun más enormes cuando la Cigüeña degustaba maravillada su comida. En ese momento, la Zorra hambrienta, deseaba mucho tener un pico tan largo como la Cigüeña, y así poder degustar de la apetitosa comida. Pasado un buen rato, y sin poder llegar a la comida, la Zorra ya muy rendida, renunció a aquella apetitosa comida. Se despidió de la Cigueña y se marchó pensando en la mala acción que hizo anteriormente, y el castigo bien merecido que tuvo, por no ser considerada con su amiga Cigüeña.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2013/03/la-zorra-y-la-ciguena_12.html
Cierta vez, una Zorra invitó insistentemente a su amiga Cigüeña, a cenar en su casa mencionándole platillos deliciosos e inolvidables. La Cigüeña, maravillada por tales manjares, acepto. Al día siguiente, fue muy alegre y con mucho apetito. Cuando llegó y se sentó en la mesa, observó que la Zorra, servia una riquísima sopa en un plato muy plano. La Cigüeña muy hambrienta, comenzó a picar y a picar la sopa, pero gracias a su largo pico, no podía comer nada y para colmo, se le escapaba la deliciosa sopa. Por otro lado, la Zorra comió con mucha alegría su sopa, incluso lamió con su hocico el plato hasta dejarlo muy limpio. La Cigüeña indignada por tal desconsideración, dijo estar llena, y se marcho. Pasado los días, la Cigüeña invitó a cenar a la Zorra, ella muy gustosa acepto. Al llegar a la casa de la Cigüeña, la Zorra ansiosa por comer esperaba, hasta que de pronto, la Cigüeña trajo la exquisita comida dentro de un largo y alto jarro de cristal, de panza ancha y boca estrecha. La Zorra confundida, intento de muchas maneras meter su hocico y lengua a la boca del jarro, pero no llegaba a la comida. Sus ganas de comer se hacían aun más enormes cuando la Cigüeña degustaba maravillada su comida. En ese momento, la Zorra hambrienta, deseaba mucho tener un pico tan largo como la Cigüeña, y así poder degustar de la apetitosa comida. Pasado un buen rato, y sin poder llegar a la comida, la Zorra ya muy rendida, renunció a aquella apetitosa comida. Se despidió de la Cigueña y se marchó pensando en la mala acción que hizo anteriormente, y el castigo bien merecido que tuvo, por no ser considerada con su amiga Cigüeña.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2013/03/la-zorra-y-la-ciguena_12.html
Cierta vez, una Zorra invitó insistentemente a su amiga Cigüeña, a cenar en su casa mencionándole platillos deliciosos e inolvidables. La Cigüeña, maravillada por tales manjares, acepto. Al día siguiente, fue muy alegre y con mucho apetito. Cuando llegó y se sentó en la mesa, observó que la Zorra, servia una riquísima sopa en un plato muy plano. La Cigüeña muy hambrienta, comenzó a picar y a picar la sopa, pero gracias a su largo pico, no podía comer nada y para colmo, se le escapaba la deliciosa sopa. Por otro lado, la Zorra comió con mucha alegría su sopa, incluso lamió con su hocico el plato hasta dejarlo muy limpio. La Cigüeña indignada por tal desconsideración, dijo estar llena, y se marcho. Pasado los días, la Cigüeña invitó a cenar a la Zorra, ella muy gustosa acepto. Al llegar a la casa de la Cigüeña, la Zorra ansiosa por comer esperaba, hasta que de pronto, la Cigüeña trajo la exquisita comida dentro de un largo y alto jarro de cristal, de panza ancha y boca estrecha. La Zorra confundida, intento de muchas maneras meter su hocico y lengua a la boca del jarro, pero no llegaba a la comida. Sus ganas de comer se hacían aun más enormes cuando la Cigüeña degustaba maravillada su comida. En ese momento, la Zorra hambrienta, deseaba mucho tener un pico tan largo como la Cigüeña, y así poder degustar de la apetitosa comida. Pasado un buen rato, y sin poder llegar a la comida, la Zorra ya muy rendida, renunció a aquella apetitosa comida. Se despidió de la Cigueña y se marchó pensando en la mala acción que hizo anteriormente, y el castigo bien merecido que tuvo, por no ser considerada con su amiga Cigüeña.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2013/03/la-zorra-y-la-ciguena_12.html
La Zorra y la Cigüeña Cierta vez, una Zorra invitó insistentemente a su amiga Cigüeña, a cenar en su casa mencionándole platillos deliciosos e inolvidables. La Cigüeña, maravillada por tales manjares, acepto. Al día siguiente, fue muy alegre y con mucho apetito. Cuando llegó y se sentó en la mesa, observó que la Zorra, servia una riquísima sopa en un plato muy plano. La Cigüeña muy hambrienta, comenzó a picar y a picar la sopa, pero gracias a su largo pico, no podía comer nada y para colmo, se le escapaba la deliciosa sopa. Por otro lado, la Zorra comió con mucha alegría su sopa, incluso lamió con su hocico el plato hasta dejarlo muy limpio. La Cigüeña indignada por tal desconsideración, dijo estar llena, y se marcho. Pasado los días, la Cigüeña invitó a cenar a la Zorra, ella muy gustosa acepto. Al llegar a la casa de la Cigüeña, la Zorra ansiosa por comer esperaba, hasta que de pronto, la Cigüeña trajo la exquisita comida dentro de un largo y alto jarro de cristal, de panza ancha y boca estrecha. La Zorra confundida, intento de muchas maneras meter su hocico y lengua a la boca del jarro, pero no llegaba a la comida. Sus ganas de comer se hacían aun más enormes cuando la Cigüeña degustaba maravillada su comida. En ese momento, la Zorra hambrienta, deseaba mucho tener un pico tan largo como la Cigüeña, y así poder degustar de la apetitosa comida. Pasado un buen rato, y sin poder llegar a la comida, la Zorra ya muy rendida, renunció a aquella apetitosa comida. Se despidió de la Cigueña y se marchó pensando en la mala acción que hizo anteriormente, y el castigo bien merecido que tuvo, por no ser considerada con su amiga Cigüeña.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2013/03/la-zorra-y-la-ciguena_12.html
La Zorra y la Cigüeña Cierta vez, una Zorra invitó insistentemente a su amiga Cigüeña, a cenar en su casa mencionándole platillos deliciosos e inolvidables. La Cigüeña, maravillada por tales manjares, acepto. Al día siguiente, fue muy alegre y con mucho apetito. Cuando llegó y se sentó en la mesa, observó que la Zorra, servia una riquísima sopa en un plato muy plano. La Cigüeña muy hambrienta, comenzó a picar y a picar la sopa, pero gracias a su largo pico, no podía comer nada y para colmo, se le escapaba la deliciosa sopa. Por otro lado, la Zorra comió con mucha alegría su sopa, incluso lamió con su hocico el plato hasta dejarlo muy limpio. La Cigüeña indignada por tal desconsideración, dijo estar llena, y se marcho. Pasado los días, la Cigüeña invitó a cenar a la Zorra, ella muy gustosa acepto. Al llegar a la casa de la Cigüeña, la Zorra ansiosa por comer esperaba, hasta que de pronto, la Cigüeña trajo la exquisita comida dentro de un largo y alto jarro de cristal, de panza ancha y boca estrecha. La Zorra confundida, intento de muchas maneras meter su hocico y lengua a la boca del jarro, pero no llegaba a la comida. Sus ganas de comer se hacían aun más enormes cuando la Cigüeña degustaba maravillada su comida. En ese momento, la Zorra hambrienta, deseaba mucho tener un pico tan largo como la Cigüeña, y así poder degustar de la apetitosa comida. Pasado un buen rato, y sin poder llegar a la comida, la Zorra ya muy rendida, renunció a aquella apetitosa comida. Se despidió de la Cigueña y se marchó pensando en la mala acción que hizo anteriormente, y el castigo bien merecido que tuvo, por no ser considerada con su amiga Cigüeña.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2013/03/la-zorra-y-la-ciguena_12.html



Los/as chicos/as completando la ficha de lectura comprensiva que Javier había preparado con preguntas sobre la fábula.


 

 Aquí tenéis el vídeo de la Fábula. 
 



 

Muchísmas felicidades a Natalia ( Narradora y cigüeña) y a Javier ( Zorro) por su divertida narración de esta fábula tan conocida.
¡Enhorabuena!




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los últimos "sombreros locos"