El día 20 de noviembre ha quedado institucionalizado como Día Internacional del Niño o Día Universal de los Derechos del Niño, o también Día Universal de la Infancia. Es una fecha que nos hace recordar que un niño no es solamente un ser frágil que necesita que se le proteja, sino también una persona que tiene el derecho a ser educado, cuidado y protegido dondequiera que haya nacido. Es más, un niño es una persona que tiene el derecho a divertirse, a aprender y a expresarse. Todos los niños tienen el derecho a ir a la escuela, a recibir cuidados médicos, y a alimentarse para garantizar su desarrollo en todos los aspectos.
Ayer, celebramos este día, leyendo el cuento: "Caperucita roja, verde, amarilla, azul y blanca". Estudiamos los personajes, así como analizamos los derechos de los niños que se reflejaban en el cuento así como los derechos que quedaban vulnerados.
A partir del cuento tradicional de Caperucita
Roja, de los hermanos Grimm, Bruno
Munari nos cuenta otras versiones. Las
caperucitas de este cuento, cada una de
un color, presentan grandes diferencias
con respecto a Caperucita Roja: son niñas
muy espabiladas, que además cuentan
con muy buenos y eficaces amigos, así
que siempre dejan al lobo con las ganas.
Los distintos colores de las caperucitas
juegan un papel importante, creando
ambientes diferentes: verde –la naturaleza
salvaje del bosque–; amarillo –la ciudad
ruidosa–; azul –el mundo marino–;
hasta llegar al blanco, en el que la ausencia
de color hace desaparecer las ilustraciones
y los personajes no llegan ni siquiera
a escontrarse.
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